Entender mi piel
Piel irritable, hipersensible, ultra sensible, intolerante, reactiva: hay muchas formas de describir lo que siente tu piel. ¿Son realmente tan diferentes? En realidad, son grados de intensidad de un solo problema: la piel sensible.
A veces sientes un hormigueo en la piel, otras veces un escozor y otras veces sientes que te arde. En cada caso, se cree que hay diferentes tipos de sensibilidad y, por tanto, diferentes cremas para calmarla.
Sin duda, existe una gran cantidad de productos para el cuidado de la piel sensible. Las marcas han creado sus propias categorías para subtipos específicos de pieles sensibles. Diferentes nombres, y en los estantes de las farmacias se ven cosas como "piel sensible", "piel hipersensible" y "piel reactiva". Incluso "piel intolerante", en la que crees que tu piel rechaza cualquier otro tipo de cuidado. Reina la confusión: "¿Estoy teniendo un día de piel sensible o hipersensible?" "¿Los ultrasensibles calmarán lo suficiente, o he llegado a la intolerancia?".
Pero, ¿son realmente tan diferentes estas categorías? Todas parecen ser descripciones opuestas del mismo problema fundamental: la piel sensible.
¿Cómo describen las personas de todo el mundo su piel sensible?
¿Distinguen entre "irritable" e "hipersensible"?
El 60%1 de la población mundial está afectada por la piel sensible. Es tan frecuente que muchas personas comparten sus consejos, ideas y dolores en Internet. He aquí una pequeña muestra de las formas en que la gente describe sus síntomas de piel sensible en la red, en países como Francia, Japón y Corea del Sur
Por muy graves que sean, son los mismos síntomas los que se mencionan una y otra vez. Lo que la gente describe, utilizando sus propias palabras, corresponde a la definición oficial de piel sensible: sensaciones desagradables que se producen en respuesta a estímulos que normalmente no deberían provocar tales sensaciones. Entre ellas se encuentran el hormigueo, el escozor, el picor, a veces la sensación de quemazón y el enrojecimiento temporal.
Si se mira con objetivamente, "irritable", "hipersensible", "ultrasensible", "intolerante" son síntomas de un mismo problema: la piel sensible. No se trata de diferentes tipos de piel que requieren cuidados específicos. Simplemente son diferentes grados de intensidad de un mismo problema. Y cuando la piel reacciona, ya sea con un pequeño escozor o con una sensación de ardor, los mecanismos biológicos que subyacen a las reacciones son también los mismos para todas las pieles sensibles.
Los síntomas de la piel sensible son, por tanto, todas las marcas de una piel inflamada en mayor o menor grado. Tratar los síntomas ayuda, pero no resuelve el problema. Para ello, hay que tratar la causa.
Entonces, ¿de dónde viene la piel sensible? Aparece de dos maneras. En ambos casos, se trata sobre todo de una percepción, una sensación en la piel lo suficientemente fuerte como para repercutir en la calidad de vida de la persona. La persona tiene que soportar las molestias cada vez que experimenta una reacción.
Si quieres saber más, lee nuestro artículo "Consejos sobre la piel sensible".
Tienes una sensibilidad natural que además es permanente. Por ello, es conveniente gestionarla para mantenerla controlada en la medida de lo posible.
Esta sensibilidad inducida es ocasional e intermitente, pero está aumentando globalmente en todo el mundo. La piel se sensibiliza y reacciona a factores externos como la contaminación, los cosméticos o el estrés, entre otros muchos. Es posible que no siempre seas consciente de que algo va a hacer reaccionar a tu piel. En este caso, en general, lo que se busca es fortalecer la piel.
Cuando tienes una piel sensible, ya hay muchas molestias con las que hay que lidiar. Además de cambiar tu rutina para cuidarla debes hacer malabares con los productos para encontrar el adecuado que te alivie. Puedes sentirte frustrada, como si tuvieras poco control sobre el bienestar de tu piel.
Es cierto que existe una amplia gama de productos para pieles sensibles. Pero, al colocar la piel dentro de una “burbuja”, la sobreprotegen, en lugar de ayudarla a adaptarse y vivir en su entorno. No van más allá de calmar los síntomas, en lugar de abordar las diferentes razones de la sensibilidad. Si pudieras profundizar, con un cuidado activo que tratará la causa de tu piel sensible para ayudarla a defenderse mejor, te sentirías calmada de forma duradera, ¡y aliviada!
Para ayudarle, el Laboratorio BIODERMA ha creado Sensibio Defensive, una crema activa calmante basada en los principios ecobiológicos de NAOS. Al considerar la piel como un ecosistema, y actuar sobre los orígenes y las causas de la piel sensible dentro de su ecosistema, BIODERMA da a la piel sensible y sensibilizada la capacidad de defenderse mejor. Con Sensibio Defensive, su piel recibe el impulso que necesita para fortalecerse y resistir eficazmente a los agentes irritantes y desencadenantes, y vivir en armonía con su entorno.
Y con Sensibio Defensive, también tienes una crema hidratante para tu piel sensible y sensibilizada, sea cual sea su origen. Una crema que simplifica su rutina de cuidado de la piel, simplifica la elección de lo que se aplica y simplifica su cuidado general.
Conozca más sobre nuestro producto leyendo nuestro artículo "Sensibio Defensive: Crema activa calmante que refuerza la autodefensa de la piel"
